Viaje al centro de tu vida

El viaje de tu vida…

Todo aquel que ha viajado de aquí para allá te contará anécdotas sorprendentes, te enseñará sus fotos (o fotazas) te hablará de la gran experiencia que te da el viajar, ver otras culturas y aprender de ellas, aun siendo países vecinos, e incluso te animarán a hacerlo.

Todos los videos que van circulando por Facebook te motivarán a lanzarte a la piscina, a vivir aventuras, a dejar a un lado todo lo que no te gusta de tu vida y con lo que no te sientes desarrollada, a que solo se vive una vez, a que todo lo que no hagas ahora te estará matando en vida, acompañado claro está de alguna frase de Cohelo, Benedetti o Gandhi, imágenes acojonantes de acantilados, puestas de sol, chicos y chicas de anuncio con sus mechas bagaye, sus tattoos , y sus bikinis y todas las ventajas con respecto a tu ciudad natal….

Si, son una pasada para alentarte cuando estás ahí casi si, casi no… mmm que hago y si? Y al final te dices a ti misma “¿pero qué coño? Pues claro que sí!! Y si sale mal de todo se aprende y te vuelves a tu casa y ya está, y si sale bien pues a gozarlo que la vida son dos días”

Pero de lo que nadie te va a hablar, es de la hostia que te das.

Porque te la das eh, te lo aseguro, te das una buena bofetada, al tiempo, cuando han pasado un par de meses y la emoción y la adrenalina de parecer que estás viviendo un sueño van bajando, la novedad, el descubrir lugares y paisajes, el conocer gente y costumbres nuevas ya se va normalizando, y se va convirtiendo todo poco a poco en tu nueva rutina, ahí es cuando te viene la gran bajona… Y el preguntarte: ¿qué haces y para qué lo haces? Y no sé que les pasará a otras personas cuando empiezan a preguntarse este tipo de cosas en medio de la nada, pero os aseguro que yo me hinché a llorar… me ha costado muchísimo poder poner palabras a esta sensación, es muy contradictoria, y muy extraña para mi, porque por un lado está la sensación de estar genial, de sentirte afortunada por vivir todo lo que estas viviendo, el ser feliz, de verdad, pero por otra el darte cuenta de que todo absolutamente todo de lo que huías o querías cambiar y dejar atrás esta en ti, cada cosa que te saca de quicio o querías eliminar te persigue, porque esta en ti.

Y es una paradoja venirte a 3100km de tu casa o zona de confort o como queráis llamarle, venir al país con el que siempre has soñado, Islandia, la tierra de contrastes, del hielo y del fuego para darte cuenta que el contraste es lo que tienes frente a ti para que despiertes.

El viaje te lo estas haciendo a ti misma, y a todo lo que te enfrentas es a ti misma.

Porque quizás nunca antes te habías dado cuenta de lo increíblemente sola y perdida que puedes llegar a estar y que eso es maravilloso, porque ahí es donde te vas a dar cuenta de tantas cosas…. Ahí es donde te pegas un viaje a ti misma que ni en tus mejores o peores sueños. Os aseguro que jamás me hubiese podido imaginar todo el recorrido interno por mi mente que iba a tener, toda la consciencia que iba a tomar en aspectos que pensaba que no iban conmigo y todo lo jodidamente humana que puedo llegar a ser, y no la máquina que nos auto-diseñamos para ser.

Y entonces te acuerdas de eso que te decían de que viajar te abre la mente, yo aquí le añado que también el alma en canal, para que salga todo lo que llevabas ahí acumulado y entren nuevas sensaciones  que bien son las que tenías ahí escondidas, quizás por miedo o quizás por vergüenza, romper creencias que no te llevan a nada, como mucho a sentimientos de mierda, enfrentarte a cosas que estaban ahí creando capas, u otras que son desconocidas y que han llegado por sorpresa, nuevos sentimientos, pensamientos, situaciones, personas (y hasta comidas o clima) y que ahora tienes que calibrarlas y ver con cuales te quedas.

Aquí es cuando te toca ser lo mas honesta contigo misma que has sido en tu vida.

Realmente te llegas a replantear vida, obra y milagros, te acuerdas de tus errores y aciertos, las veces que has fallado y los aciertos que has tenido, lo peor que tienes, aun sin sacarlo a la luz, y lo mejor, incluido lo que sólo sacas en la más intensa intimidad. Te coses y remiendas, te haces tu katarsis, lloras otras varias veces, te ries, te aceptas, te sigues descubriendo y buscas si hay cursos online de cómo gestionar todo lo que estas viviendo (la respuesta es NO). Te toca digerir que la vida es esto, y no el castillo que en tu mente habías diseñado con una vida perfecta y estipulada (según tu imagen y semejanza) y que en caso de no conseguirlo tu mente entraba en una espiral de frustración que hace de ti una persona cada vez más pequeña, y más vacía y te va empujando a escapar. Y escapar nunca es la solución, porque por mucho que intentemos escapar, la memoria es muy cabrona cuando quiere y tarde o temprano te acaba escupiendo o devolviéndote la jugada.

Me resulta gracioso y bonito hacer un símil de uno de los libros más importantes de Julio Verne, Viaje al centro de la Tierra, por el que según él se llega justo por un volcán situado en Islandia, me resulta bonito porque justo aquí, en Islandia, es donde yo estoy haciendo el viaje al centro de mi misma.

Y como he dicho antes, intento poner las palabras correctas a sensaciones y sentimientos y mi forma de vida, para nada me arrepiento de haber dado el paso y embarcarme en esta aventura, sigo pensando que es de las mejores cosas que me han pasado, me sacaron del lugar justo cuando más lo deseaba como si de un milagro se tratase y me está dando el mayor aprendizaje que pensaba que podría tener.

Además he visto las cosas más bonitas y espectaculares que jamás las fotos podrán hacer justicia, y he visto el fenómeno mas impresionante de la naturaleza… Las auroras boreales.

Tengo tanta suerte de darme esta bofetada.