Factúrate la vida

Factúrate la vida.

Solo tú sabes si vas con equipaje de mano o vas con todo.

Enhorabuena a todos los que sabéis cual es vuestro rumbo, vuestro lugar y vuestro hogar, porque la mayoría nos dedicamos a mentir diciendo que lo sabemos, pero no tenemos ni idea.

Cogemos nuestras maletas y vamos de aquí para allá , aprendiendo, creciendo y dejándonos el alma en cada cosa que hacemos o lugar que vayamos. Porque si lo haces es para dejártela, cambiar de ciudad, de país o de vida, es para facturar bastante peso.

Es curioso que facturemos maletas cada vez que cogemos un avión cuando lo que más pesa es el alma.

Dicen que el alma pesa 21 gramos, yo creo que es mentira, pesa kilos, y cada vez que la fracturamos, el recomponerla, hace que pese más.

Siempre me ha resultado curioso que se diga que las buenas personas tienen un alma que no les cabe en el pecho (Alejandro Sanz tiene una canción que le dedica a su padre sobre el tema este) y esto apoya mi teoría, la recomposición añade peso. Al fin y al cabo las mejores personas son las que sienten, las que se llevan algún que otro disgusto cuando las cosas no salen bien, las que son capaces de empatizar y llegar a entender lo inentendible, y perdonar lo imperdonable. (si estuviese en un bar con mis amigos y dos cervezas añadiría “y gilipollas”)

Pues estas personas al final van sumando kilos en el alma, como el que suma grados a medida que va bebiendo, o el que suma experiencia a medida que va creciendo.

Y supongo que la vida va de esto, de ir con todo o ir con nada, de arriesgarte o perder antes de tiempo.

Porque ir a medias, al final solo te rompe.

También va de perdonarte a ti mismo y dejar de sentirte idiota, y aceptarte, aceptar que a veces hacemos las cosas que hacemos porque pensamos que es lo correcto.

Arrepentirse es para los cobardes, y ni yo, ni tu que me estás leyendo lo somos. No hubieses aprendido nada ni estarías donde estás si no te hubiera pasado, así que como mucho no lo vuelvas a hacer, o permitir, pero no te arrepientas.

Mira a tu alrededor, mira todo lo que tienes, que posiblemente sea mucho y valóralo y agradécelo, porque es lo que añades a tus maletas, tu vida, lo que facturas y siempre va contigo, y eso son personas, valores, momentos, sensaciones, en serio, es mucho.

Así que factúrate la vida vayas dónde vayas. Y no dejes nunca de viajar.

 Lo más bello es lo que se tiene, no lo que se pierde.